divendres, 12 d’abril del 2013

Mi Niña!



En los días más tristes
 vienes tú y me sorprendes 
con una simple mirada de las tuyas, 
un te amo en un momento inesperado, 
con una conversación tonta 
o un susto en plena oscuridad.
 Y son tonterías, 
pero me hacen la vida más fácil.
 Brota de mi cara
 una gran sonrisa de niña que delata todo
 lo que siento por ti. 
Y es que no hay nada que 
se pueda comparar a ti...
 Fue una simple casualidad 
el conocernos y,
 la verdad es que 
es la mejor casualidad de toda mi vida.




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